Tractocamiones llegan a San Lázaro por Ley de Aguas

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Una caravana de entre 300 y 400 tractocamiones llegó este miércoles a San Lázaro para rechazar la nueva Ley de Aguas, encabezada por productores agrícolas que advierten afectaciones graves al campo mexicano.

Productores agrícolas presionan por cambios a la Ley de Aguas

Desde muy temprano, las calles que rodean el Palacio Legislativo de San Lázaro se llenaron de motores pesados, lonas y consignas. La movilización, integrada por vehículos procedentes de Veracruz, Puebla y Tlaxcala, se colocó frente al recinto en un despliegue que buscaba dejar claro el tamaño del descontento que ha generado la Ley de Aguas.

De acuerdo con los organizadores, además de los tractocamiones viajaron a la capital al menos cien tractores operados por productores agrícolas, quienes decidieron concentrarse en Ciudad de México para exigir cambios de fondo. “Sin agua no hay campo, no hay alimento”, expresaron varios integrantes del contingente mientras afinaban detalles de la protesta.

El movimiento se mantuvo en tono pacífico. A diferencia de lo ocurrido la semana pasada, los manifestantes aclararon que no bloquearían carreteras ni avenidas primarias. Su objetivo era permanecer en los alrededores de la Cámara de Diputados mientras se discutía el dictamen de la Ley de Aguas, una reforma que, aseguran, pone en riesgo la vida comunitaria y el trabajo de miles de familias rurales.

Temor por despojo y afectaciones al campo

Los productores han repetido una preocupación central: la iniciativa, tal como está redactada, abriría la puerta a que grandes empresas accedan a tierras y recursos hídricos a bajo costo. Para comunidades campesinas, explican, esto significaría perder el acceso histórico al agua, una herramienta vital para mantener cultivos y sostener la economía local.

“Si se aprueba así, nos van a dejar sin futuro”, comentó un agricultor de la región de Puebla que viajó más de diez horas para sumarse a la caravana en San Lázaro. Muchos compartieron la misma idea: no es un tema político, sino de supervivencia, pues la disponibilidad del agua define la continuidad del campo.

La manifestación también coincidió con bloqueos y protestas en otras entidades del país —Aguascalientes, Chihuahua, Zacatecas, San Luis Potosí y nuevamente Puebla— donde grupos de productores replicaron la presión para exigir que la Ley de Aguas incorpore la voz de quienes trabajan la tierra.

San Lázaro como punto de tensión nacional

Durante varias horas, las unidades se mantuvieron estacionadas en las inmediaciones del Congreso. Los manifestantes esperaban señales del gobierno federal o de los diputados, aunque reconocieron que permanecerían el tiempo necesario para hacer escuchar su postura.

San Lázaro se convirtió así en una especie de termómetro nacional: lo que ocurriera dentro y fuera del recinto marcaría el rumbo de una discusión que toca la base misma del campo mexicano. Para los productores agrícolas, cualquier modificación a la Ley de Aguas debe garantizar autonomía comunitaria, respeto a derechos históricos y mecanismos que eviten que los recursos queden concentrados en manos de unos cuantos.

La caravana mantiene su presión pacífica en San Lázaro mientras el país observa si la Ley de Aguas incorpora las demandas de quienes viven del campo.

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