Habitantes de Ocotito exigen investigación sobre funcionarios vinculados con “Los Tlacos”

La tensión en el valle del Ocotito va en aumento. Pobladores de la comunidad han alzado la voz para exigir una investigación federal sobre los presuntos vínculos entre Rubén Hernández, identificado como líder político en la región, y Francisco Rodríguez Cisneros, subsecretario de Desarrollo Político del estado, con el grupo criminal Los Tlacos.
Los señalamientos surgen en medio de un narco-bloqueo que mantiene paralizada la autopista y el tramo federal, encabezado por el comisario municipal José David Reyna Leyva, quien es vinculado a la estructura de José “Deivid” Barrientos Salazar, generador de violencia en la zona y operador de Los Ardillos, grupo rival de Los Tlacos.
Los manifestantes aseguran que detrás de la movilización no hay causas sociales legítimas, sino un uso estratégico del territorio por parte del crimen organizado, que aprovecha la disputa entre grupos para mandar mensajes políticos y fortalecer su control.
La principal denuncia es clara: funcionarios estatales estarían protegiendo a uno de los bandos, utilizando sus cargos públicos para favorecer intereses criminales. Los pobladores acusan que esta cercanía con Los Tlacos ha permitido el crecimiento de su influencia en el valle y en zonas clave del estado.
“¿Cómo va a haber paz si los que deben poner orden están del mismo lado que los que siembran miedo?”, cuestionan habitantes en voz alta.
Ante el silencio del gobierno estatal, la exigencia ya escaló al nivel federal. Los habitantes piden a la presidenta de la República que investigue y frene la presunta red de protección institucional que estaría alimentando la violencia.
La autopista sigue bloqueada. La tensión no cede. Y en Guerrero, una vez más, la frontera entre política y crimen parece haberse borrado.