Campesinos ruegan a Dios que llueva: sus milpas se están secando en la Tierra Caliente de Guerrero
La sequía comienza a golpear fuerte a los campesinos de la Tierra Caliente. En comunidades de Pungarabato, Tlalchapa, Coyuca de Catalán y Ajuchitlán del Progreso, los productores del campo ruegan a Dios que llueva pronto, ya que las milpas están comenzando a secarse.
“El temporal ya se alargó demasiado, no ha llovido lo que esperábamos”, expresan con preocupación agricultores locales, quienes siembran maíz, frijol y calabaza, productos clave para el autoconsumo y la economía regional.
Ya pasaron más de 15 días desde la última lluvia, que fue provocada por un fenómeno natural aislado. Desde entonces, el clima seco predomina y los cultivos comienzan a mostrar signos de estrés hídrico. En muchas parcelas, las plantas han comenzado a marchitarse.
Don Darío Pablo Quiñonez, uno de los productores afectados, explicó que en las tierras de barro aún se conserva algo de humedad, pero si no llueve en los próximos tres días, muchas milpas se perderán: “La mía es una milpa chica, pero hay compañeros que ya tienen sus plantas jiloteando, y es cuando más agua necesitan”.
En algunas zonas, los campesinos han intentado mantener vivos sus cultivos con agua de canales que llegan de forma intermitente, pero no todos tienen acceso a ese recurso, lo que genera desigualdad en la producción.
Mientras tanto, los rezos y la esperanza siguen presentes en los campos de Guerrero. Los campesinos solo piden una cosa: que el cielo se abra y vuelva la lluvia para salvar sus cosechas.
