Zeferino Torreblanca: el retorno del oportunismo político

En un intento desesperado por regresar al reflector político, el exgobernador de Guerrero, Zeferino Torreblanca Galindo, reapareció ante integrantes del Grupo Acá presumiendo que “sabe cómo gobernar Guerrero” y sugiriendo el uso de mano dura contra manifestaciones sociales en Acapulco. Lejos de aportar al debate público, sus declaraciones evidencian lo que muchos ya intuían: Torreblanca busca reflectores a como dé lugar, esperando que algún partido político le haga ojitos de cara a futuros procesos electorales.
El que no pudo gobernar, ahora presume saber cómo hacerlo
Resulta irónico —por no decir ofensivo— que quien dejó una estela de señalamientos por corrupción e ineficiencia durante su mandato (2005-2011), hoy se presente como experto en gobernabilidad. Torreblanca no solo sugiere el uso de la fuerza contra quienes protestan, sino que se posiciona como si hubiera sido ejemplo de buen gobierno. Nada más lejos de la realidad.
Un legado manchado por la opacidad y el desfalco
Durante su administración, la Auditoría Superior de la Federación detectó irregularidades por más de mil millones de pesos. Aún enfrenta procedimientos penales relacionados con un desfalco superior a 1,038 millones de pesos. Además, se le ha vinculado con un desvío de 1,300 millones de pesos en el sector salud, dinero que simplemente no aparece.
Su supuesta “cirugía mayor al sistema político guerrerense” resultó ser una simulación más. La opacidad, el abuso de poder y el saqueo caracterizaron una gestión que hoy intenta blanquear con discursos de autoridad.
Cadáver político en busca de resurrección
Las críticas no se han hecho esperar. La diputada Mariana García Guillén lo calificó como un “oportunista y cadáver político” que solo aparece cuando hay procesos electorales cerca. No se equivoca. Cada ciclo electoral, Zeferino asoma la cabeza, cambia de siglas sin rubor y lanza discursos altisonantes como si el pasado no existiera.
Rogelio Hernández, líder transportista, fue aún más directo: recordó que Torreblanca entregó concesiones de transporte de forma irregular y advirtió que “quiere darse baños de pureza” cuando su gobierno fue uno de los más corruptos en la historia reciente de Guerrero.
¿Quién le cree a Zeferino Torreblanca?
Este nuevo intento por reposicionarse en la política no nace de la autocrítica ni de una reflexión honesta sobre su gestión. Nace del oportunismo. Busca aparecer en medios, generar polémica y pescar alguna candidatura en el río revuelto del desencanto ciudadano.
Pero Guerrero no necesita salvadores de ocasión ni políticos reciclados que creen que la memoria colectiva es corta. Guerrero necesita justicia, transparencia y líderes con autoridad moral. Y Zeferino Torreblanca no es, ni será, uno de ellos.