Flor de terciopelo: colores, tradición y cosecha en Guerrero rumbo al Día de Muertos
Con la llegada del otoño, los campos de Tierra Caliente comienzan a teñirse de vivos colores gracias a la flor de terciopelo, una planta tradicional que forma parte esencial de las ofrendas del Día de Muertos, una de las festividades más importantes del país y reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
En esta región guerrerense, la flor de terciopelo es muy apreciada por su textura suave y su intensidad cromática. Se cultiva en distintas tonalidades como rojo intenso, rosa mexicano y anaranjado, y se encuentra en plena temporada de cosecha durante los meses previos al 1 y 2 de noviembre.
Estas flores, junto con el cempasúchil, forman parte del colorido y simbólico altar que las familias mexicanas colocan para honrar a sus seres queridos fallecidos. Su presencia no solo embellece los altares, sino que también representa el amor y la memoria que persiste entre generaciones.
Productores locales trabajan intensamente para cosechar y distribuir estas flores en mercados de la región y otras partes del estado, manteniendo viva una tradición profundamente arraigada en la cultura mexicana.
En Guerrero, la flor de terciopelo no solo es una planta ornamental: es símbolo de identidad, memoria y respeto hacia los ancestros.
