¿Por qué Guerrero quiere sustituir agroquímicos por fertilizantes orgánicos en el maíz?
Ante los riesgos a la salud que representa el uso prolongado de agroquímicos en el cultivo de maíz, la investigadora de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), doctora Jeiry Jiménez, hizo un llamado urgente a los productores del estado para adoptar fertilizantes orgánicos y prácticas de agricultura sustentable.
Durante la conferencia virtual “La semilla más preciada: El Maíz”, organizada por docentes de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), Jiménez advirtió que los agroquímicos pueden provocar enfermedades graves, incluyendo varios tipos de cáncer.
“Los productores deben evitar el uso de agroquímicos en los plantíos, ya que a largo plazo generan problemas de salud en la población, principalmente cáncer”, afirmó la especialista de la Facultad de Ciencias Químicas de la UAGro.
Propuesta de agricultura orgánica en Guerrero
La investigadora presentó un proyecto ya en marcha con trabajadores del campo en la región Centro de Guerrero, enfocado en promover el uso de fertilizantes orgánicos como alternativa saludable y sostenible a los químicos industriales.
Jiménez destacó la importancia de establecer bancos de semillas nativas en Guerrero como estrategia para preservar la biodiversidad agrícola y lograr soberanía alimentaria. Subrayó que México, siendo origen del maíz, debería exportar semillas criollas en lugar de depender de las importaciones.
“Tenemos que apostarle a la agricultura orgánica para obtener plantas que no generen problemas de salud a la sociedad, así como cambiar la mentalidad de los agricultores”, señaló.
Llamado a las autoridades y la sociedad
Finalmente, la investigadora hizo un llamado a las autoridades estatales y a la sociedad en general para impulsar políticas públicas que incentiven el uso de productos orgánicos en el cultivo del maíz, así como la capacitación de campesinos en técnicas más sostenibles y seguras.
Esta iniciativa busca no solo proteger la salud de los consumidores, sino también mejorar la calidad del suelo, conservar las variedades nativas del maíz y garantizar un futuro más saludable para el campo guerrerense.
